La sensualidad no habita mi piel.
Está en el tibio destello de mirada inquieta,
temblando en los secretos que cubre mi sonrisa,
gotea de mi cabeza inclinada al pensar.
Está en mi mano que acaricia el aire,
en la lluvia del cuerpo al besar,
se inscribe en los silencios que interrumpen mis palabras,
y en el gemido que te impulsa a volar.
(Foto de Thomas Doering)
Hermoso!
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Gracias Sylvia….poesía cada viernes!
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