No soy mujer-florero que decora tu espacio,
ni mujer-escalón para permitirte ascender.
No soy mujer-joya que adorna tu imagen,
ni mujer-incubadora para replicar tu ser.
No soy mujer-pañuelo para tus desvelos y pesares,
ni mujer-escudero-siempre-fiel en defensa de tu honor.
No soy mujer-agenda que organiza tus días,
ni mujer-trofeo para distinguirte ganador.
No soy mujer-cueva, lugar de resguardo seguido de olvido,
ni mujer-mano, inanimada para tu placer.
No soy mujer-escoba para pulir tu espacio,
ni mujer-cadete siguiendo órdenes.
No soy mujer-bastón para sostener tus pasos,
ni mujer-brújula que dirige tu rumbo.
No soy mujer-esfinge, guardiana de piedra;
ni mujer-estatua, belleza silente.
Todas ellas, las mujeres que no soy.
Tatiana Yedid
Agosto, 2017
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